La liga siguió desarrollándose gracias a nuevas franquicias y al establecimiento de reglas deportivas que hicieron que el baloncesto fuera cada vez más espectacular. Una de las primeras reglas implantadas fue la de los 24 segundos en 1954. Esta sencilla regla establece que si un equipo no intenta ninguna acción tras 24 segundos de posesión, pierde el balón y se lo entrega al adversario.